Las impresoras, al igual que todos los demás dispositivos eléctricos, se ven afectadas por la temperatura, la humedad y la interferencia eléctrica. Las impresoras láser producen calor, y se deben utilizar en áreas bien ventiladas para evitar el recalentamiento.

Mantenga el papel y los cartuchos de tóner en los envoltorios originales. Estos insumos también deben guardarse en un ambiente fresco, seco y libre de polvo. En los ambientes muy húmedos, el papel absorbe la humedad del aire. Esto puede provocar que el papel se arquee, lo que hace que algunas hojas se peguen o se atasquen durante el proceso de impresión. El exceso de humedad también puede dificultar que el tóner se adhiera correctamente al papel. Si el papel y la impresora tienen polvo, puede quitarlo con aire comprimido.