En un entorno empresarial, las compañías deben administrar los recursos tecnológicos de manera que les permita permanecer competitivas. Para ello, recortan gastos y asignan recursos prudentemente. Por consiguiente, la virtualización del lado cliente se volvió un método difundido para proporcionar al personal recursos críticos, tales como aplicaciones, servicios de uso compartido de archivos y otras herramientas de productividad. La virtualización también presenta ventajas para los usuarios SOHO, dado que puede proporcionar acceso a programas que no se encuentran disponibles en un OS específico.

La virtualización de PC ocurre cuando una máquina host utiliza los recursos de su sistema para alojar una máquina virtual. Las máquinas virtuales suelen denominarse “invitadas”. Una máquina host debe ser una máquina física encendida y controlada por un usuario. Una máquina virtual utiliza los recursos del sistema de la máquina host para arrancar y ejecutar un OS. El OS de la máquina virtual es independiente del OS instalado en la máquina host.

Alojar una máquina virtual permite a los usuarios acceder a las funcionalidades y los recursos proporcionados por un OS que está completamente aislado del OS del equipo host. Por ejemplo, una máquina host que ejecuta Windows 7 puede alojar una máquina virtual que tenga Windows XP instalado. Esta máquina virtual puede ejecutar software específico de Windows XP. La instalación de Windows XP no interfiere con la instalación de Windows 7 en la máquina host. Si es necesario, los usuarios pueden incrementar aún más la funcionalidad de los recursos del sistema mediante la ejecución de varias máquinas virtuales.