Independientemente del tamaño y complejidad de la PC y el sistema operativo, todos los sistemas operativos realizan las mismas cuatro funciones básicas:

Acceso de hardware

El OS administra la interacción entre las aplicaciones y el hardware. Para tener acceso a cada componente de hardware y comunicarse con él, el OS utiliza un programa llamado “controlador de dispositivo”. Cuando se instala un dispositivo de hardware, el OS localiza e instala el controlador de dispositivo para ese componente. La asignación de los recursos del sistema y la instalación de controladores se llevan a cabo mediante un proceso Plug and Play (PnP). A continuación, el OS configura el dispositivo y actualiza el registro, el cual es una base de datos que contiene toda la información sobre la PC.

Si el OS no puede localizar un controlador de dispositivo, un técnico debe instalar el controlador de forma manual, ya sea con los medios incluidos con el dispositivo o descargándolo del sitio Web del fabricante.

Administración de archivos y carpetas

El OS crea una estructura de archivos en la unidad de disco duro para almacenar datos. Un archivo es un bloque de datos relacionados al que se le otorga un único nombre y que se trata como una unidad única. Los archivos de programas y de datos se agrupan en directorios. Los archivos y los directorios se organizan para facilitar su uso y recuperación. Los directorios se pueden guardar dentro de otros directorios. Estos directorios anidados se conocen como “subdirectorios”. En los sistemas operativos Windows, los directorios se denominan “carpetas”, y los subdirectorios, “subcarpetas”.

Interfaz de usuario

El OS permite que el usuario interactúe con el software y el hardware. Los sistemas operativos incluyen dos tipos de interfaces de usuario:

Administración de aplicaciones

El OS localiza una aplicación y la carga en la RAM de la PC. Las aplicaciones son programas de software, como procesadores de texto, bases de datos, hojas de cálculo y juegos. El OS asigna recursos del sistema disponibles a las aplicaciones en ejecución.

Para asegurar que una aplicación nueva sea compatible con un OS, los programadores siguen un conjunto de pautas conocidas como “Interfaz de programación de aplicaciones” (API, Application Programming Interface). Las API les permiten a los programas acceder a los recursos administrados por el sistema operativo de forma coherente y confiable. Los siguientes son algunos ejemplos de API: